La ética en las instituciones educativas se presenta como uno de sus retos
principales, si quieren adaptarse a una sociedad cambiante, globalizada y sensibilizada por
temas sociales como la actual.
Además, de respetar y promover su finalidad educativa y
social, están obligadas a impulsar nuevas prácticas y, entre ellas, a garantizar la práctica
colectiva y responsable de la ética organizacional por parte de toda la comunidad educativa.
Su función principal es:
- Formar personas, mejorar su calidad humana y su aprendizaje.
- Enriquecer los conocimientos administrativos y legislativos
Además de ello: Una organización capaz de tener claros sus fines y de ordenar sus objetivos intermedios, será
capaz de reajustarse a exigencias y demandas de la sociedad siempre que sea flexible, actúe
estratégicamente y sea capaz de aprender permanentemente.
Cuando se establece y desarrolla una gestión responsable, enfatizando en cuestiones
éticas y sociales como por ejemplo: el compromiso con ciertos valores y la satisfacción de las
expectativas sociales, se resulta situando dentro de la idea de la responsabilidad social de la organización.
Se trata de conseguir que el personal esté «comprometido con los valores
éticos y con la propia institución; contribuye al desarrollo social; mejora la reputación
corporativa, y se satisface las expectativas sociales.
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